El claustro alto de la Catedral de Burgos es un bello ejemplo de la arquitectura gótica en nuestro país.
La portada de acceso al claustro alto recuerda mucho el gótico de la Catedral de Reims. Se construye hacia 1260 y se considera obra del Maestro Enrique.
Tres arquivoltas enmarcan la escena central del tímpano de la portada en la que se encuentra representado el Bautismo de Cristo en el Jordán.
La primera arquivolta arranca con la cabeza de un fraile encapuchado y con barba que se ha identificado con San Francisco de Asís y en el lado opuesto podemos ver una cabeza femenina.
En la segunda y tercera arquivoltas encontramos representados reyes y profetas del Antiguo Testamento.
Las puertas son de madera de roble y las realiza Gil de Siloé en el siglo XV por encargo del obispo Luis de Acuña. En ellas aparecen esculpidos San Pedro y San Pablo, así como dos de las entradas triunfales de Cristo: en Jerusalén y en el Seno de Abraham.
El claustro alto tuvo una finalidad procesional litúrgica además de ser lugar de enterramiento de canónigos. Aunque se comienza su construcción bajo la dirección del maestro Enrique, culmina la obra el maestro Juan Pérez.
En los machones encontramos representadas las siguientes escenas: La Anunciación, La Adoración de los Reyes Magos, Infantes con corona y una posible representación de los fundadores, Fernando III y el Obispo Mauricio, acompañados por un paje y un clérigo .
Además, más de una veintena de esculturas mayores aparecen adosadas a los paramentos ciegos, bajo arquivoltas decoradas con motivos vegetales y animales. Entre ellas destaca la que representa a Fernando III entregando su anillo de compromiso a Beatriz de Suabia.
También se puede ver la estatua del Obispo Mauricio del siglo XIII que se encontraba en el parteluz de la Puerta del Sarmental hasta ser traslada aquí en 1954 para evitar su total deterioro.
Asimismo, sobresale en uno de los paramentos una preciosa Deesis policromada que presenta muchas similitudes con la de la Puerta de la Coronería.
El claustro alto da acceso a las impresionantes capillas del Corpus Christi, Santa Catalina y San Juan.
CAPILLA DE SAN JERÓNIMO O DE MENA EN EL CLAUSTRO ALTO DE LA CATEDRAL DE BURGOS
En uno de los ángulos del claustro se encuentra la Capilla de San Jerónimo costeada por el canónigo Francisco de Mena.
Es obra de Juan de Vallejo, autor del esplendido cimborrio de la Catedral,, entre otras obras.
El retablo se atribuye a Diego Guillén, artista que colabora con frecuencia con el Maestro Vallejo. Destaca en esta obra la imagen de San Jerónimo, así como la de Cristo atado a la columna y la Piedad.
El canónigo Francisco de Mena aparece representado en su sepulcro en actitud orante con un paje a sus pies. También sobresale un excelente relieve policromado de la venida del Espíritu Santo.
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