En su viaje a la provincia de Burgos les aconsejamos la visita guiada a Frías, uno de los pueblos más bonitos de España.

Realizamos visitas guiadas en Burgos y provincia. Pueden contactar con nosotros en el teléfono 617 953 492 o en el correo electrónico info@turismoburgos.com.

En este post queremos indicarles los lugares que no se pueden perder en Frías, la ciudad más pequeña de España.

Puente sobre el Río Ebro

Se trata de un puente de origen romano que fue reconstruido en época medieval. Consta de nueve arcos, los centrales apuntados y los demás ligeramente rebajados. Sobre tajamares de época romana se abren aliviaderos que aligeran el peso del puente confiriéndole armonía y belleza.

Era uno de los puentes de la importante calzada romana que comunicaba la Meseta con la costa Cantábrica.

Su reconstrucción en la Edad Media se realiza como consecuencia de la repoblación llevada a cabo en tiempos de Alfonso VIII. Este monarca otorga a Frías un fuero que la convierte en centro comarcal y capital del Valle de Tobalina

Probablemente la torre almenada central para cobrar el portazgo se añade en el siglo XIV.

Sobre las puertas dos salientes amatacanados defienden el paso. A ambos lados de las mismas puede verse una doble fila de agujeros para introducir las trancas que cerraban los portones.

En la parte exterior hay un nicho con la imagen de María.

Castillo

La historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla.

Comenzará a adquirir gran importancia en tiempos de Alfonso VIII a principios del siglo XIII. Este monarca dota a la fortaleza de un gran valor estratégico y completa la defensa con la construcción de una muralla con tres puertas (la de Medina, la del Postigo y la de la Cadena o de la Villa)

La puerta de ingreso a la fortaleza está precedida por un puente levadizo y defendida por almenas y troneras. Ya en el interior nos encontramos con un patio de armas desde el que se distribuían las dependencias del castillo.

Al norte se situaba la crujía de servicios, graneros y bodega y al sur se encontraba la zona de vivienda donde se conservan los ajimeces decorados con capiteles románicos de principios del siglo XIII en los que aparecen caballeros y otras figuras mitológicas.

Un adarve (camino de la parte alta de la muralla) recorre las almenas hasta ir a parar al último reducto de defensa del castillo.

El castillo aparece coronado por la majestuosa torre del homenaje cuya parte inferior data de los orígenes de la fortaleza y la superior se remonta a la segunda mitad del siglo XV.

En el interior de la torre encontramos una estancia abovedada e iluminada por una ventana enrejada con arco propio de la última etapa del gótico. Sobre esta sala se encuentra una terraza almenada desde la que se puede contemplar una espléndida panorámica.

En la torre sur del flanco de acceso se encuentra un reloj que ha estado presente en la vida de Frías durante varios siglos.

Casas al borde de la Muela

Las casas, de toba y madera, han aprovechado el reducido espacio que les permite la roca sobre la que se asienta la ciudad de Frias denominada “La Muela”.

Constituye un ejemplo de urbanismo y arquitectura adaptada al escaso terreno, lo que obliga a desarrollar la casa tanto hacia arriba como hacia abajo, excavando en la roca de toba, superando el número habitual de dos plantas.

Iglesia de San Vicente

Esta iglesia está situada en un extremo del cortado rocoso y es la más destacable de Frías. Quedan muy pocos restos de la época románica y lo que apreciamos en la actualidad es una mezcla de estilos.

La antigua torre defensiva medieval de la iglesia se derrumba en 1.906. En el lienzo sur de la misma se situaba un reloj que ahora se encuentra en un cubo del castillo.

Los daños ocasionados por la caída de la torre afectan a la nave lateral izquierda, parte de la central, pórtico de entrada y un rosetón gótico. La reconstrucción de la iglesia se financia con el dinero conseguido con la venta de la portada románica al Museo de Claustros de Nueva York.

En el interior de la iglesia existe una amplia colección de imaginería religiosa del siglo XVII, una sillería barroca, un órgano, así como importantes pinturas.

En el retablo mayor destaca la imagen del diácono San Vicente, flanqueado por las figuras de San José y San Sebastián.

También destaca en el interior la Capilla del Santo Cristo de las Tentaciones mandada construir en 1379 por don Pedro Fernández de Frías, Gran Cardenal de España.

Asimismo, sobresale a nivel artístico la Capilla de la Visitación. Esta construcción se realiza por orden de don Clemente López de Frías , hijo de los fundadores y deán de Sigüenza, para que sirviera de reposo a sus padres. Destaca en esta capilla el retablo con pinturas realizadas por Juan de Borgoña.

Monasterio de Santa María de Vadillo

De este monasterio fundado en el siglo XIII se conserva en la actualidad parte del claustro, algunas  capillas y una gran iglesia de época gótica.

Su fundador fue don Diego Faro, canónigo de Burgos y arcipreste de Frías. Estuvo habitado por Canónigos Regulares de San Agustín, fijándose  un número máximo de 13 miembros con su prior.

Posteriormente tuvo la función de servir de Hospital para caminantes, pobres y enfermos, ya que estaba situado a orillas de la calzada que unía la Rioja con Cantabria.

Iglesia de San Vítores

Aparece citada por primera vez en 1211 en documentos de Santa María de Vadillo.

A comienzos del XVI un desprendimiento de una roca derriba las bóvedas y el Papa la anexiona a la de San Vicente.

En el siglo XVIII sirve de cilla para almacenar los granos de los diezmos.

A comienzos del XIX se restaura el muro norte caído y vuelve a hacer las funciones de parroquia con el título de Purísima Concepción, por ser ésta la imagen traída de Vadillo que ocupa el centro del retablo.

Convento de San Francisco

Se desconoce quién fue el fundador de este convento en el que vivían unos 20 franciscanos que pertenecían a la comunidad franciscana de Cantabria.

Tras la desamortización de Mendizábal fue abandonado y convertido en viviendas y almacenes. En 1934 un incendio le destruyó completamente, quedando solamente los muros verticales y la iglesia, que han sido convertidos hoy en día en cocheras y almacenes.

La sillería de este convento se trasladó a la Iglesia de San Vicente.