En su viaje a Burgos les recomendamos realizar una visita guiada a Poza de la Sal.
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La explotación de la sal fue la clave del desarrollo histórico y económico de la localidad de Poza a lo largo de los siglos.
A través de diferentes estudios arqueológicos se conoce la existencia de una población habitada por los autrigones, hacia el año 350 a.C., en el Alto del Milagro, a 2 km del actual emplazamiento de Poza.
Posteriormente en este mismo lugar se asentará la Flavia Augusta romana a partir del siglo I d.C.
Precisamente en esta época se produce un importante desarrollo en la explotación de las salinas con la introducción de novedosos métodos de extracción del llamado “oro blanco”.
En el siglo IX ya hay documentos donde aparece por primera vez el nombre de Poza, que hace referencia a los pozos de sal.
En los siglos X, XI y XII las salinas estarán ligadas a los grandes monasterios burgaleses: San Pedro de Cardeña, San Salvador de Oña, Santa María la Real de Huelgas.
Asimismo, el rey Alfonso VIII concede Poza en arras a su esposa Leonor de Inglaterra en 1168.
En 1298 Poza dejará de ser villa de realengo para convertirse en señorío. La regente María de Molina entrega Poza y Pedrajas a Juan Rodríguez de Rojas. Su nieto Alfonso XI confirmará la entrega cincuenta años después.
En el siglo XVI Carlos I creará el Marquesado de Poza a favor de uno de los descendientes de esta familia, también llamado Juan de Rojas.
Durante el gobierno de Felipe II la venta de sal se convierte en monopolio real hasta la caída de la monarquía en tiempos de Isabel II.
Las Salinas de Poza de la Sal
Las salinas de Poza de la Sal están situadas justo en el borde del Páramo de Masa.
El diapiro de esta localidad burgalesa se nos presenta como un inmenso cráter de 2,5 km de diámetro que encierra la cuenca salinera.
En el centro de esta formación se produjo el afloramiento de un domo de ofitas, rocas de carácter subvolcánico.
Son numerosas las construcciones asociadas al salero: plataformas de cristalización, chozas, pozos de almacenamiento de muera, cañas (pozos verticales) y galerías, entre otras.
La temporada de obtención de la sal comenzaba a mediados de junio y concluía a principios de octubre, cuatro meses de duro trabajo.
Asociada también a la explotación del salero surge en tiempos de Carlos III la Casa de Administración de las Reales Salinas.
Desde aquí se llevará a cabo el control y la administración de los procesos de elaboración, producción, almacenamiento y distribución de diversas salinas del territorio nacional.
En 1868 el edificio pasará al concejo municipal y la explotación de la sal a manos privadas.
Desde 1880 será la sede de la escuela que hasta ese momento se encontraba en la Plaza de la Villa. Desde el 2003 se encuentra en el sótano del edificio el Centro de Interpretación Las Salinas.
Félix Rodriguez de la Fuente
Poza de la Sal es el pueblo que vio nacer a Félix Rodríguez de la Fuente el 14 de marzo de 1928.
En su visita guiada a Poza conocerán la influencia de la localidad en la vida de este gran conocedor y divulgador del mundo animal.
El crecer en un pueblo le permitió trastear a sus anchas por todos los lugares de la localidad.
Félix y sus amigos decían que en Poza había tres cielos refiriéndose a los distintos ambientes desde el pueblo hasta el páramo pasando por el denominado salero.
En la escuela de Poza realizó los estudios primarios y después inicia los estudios secundarios en Vitoria y Burgos. Estudia medicina en la Universidad de Valladolid y se especializa en Odontología en Madrid.
Pero no ejercería ninguna de estas profesiones para las que tanto se había preparado.
La gran pasión por la naturaleza que sentía desde niño le lleva a dedicar su vida al mundo de los animales. Primero en el ámbito de la cetrería, fue nombrado Cetrero Mayor de España, después comenzará el estudio, la investigación y la divulgación sobre la vida de los animales.
En 1965 comienzan sus colaboraciones en Televisión Española en el programa Fin de Semana. Posteriormente, realiza otros trabajos en este medio que culminan con la serie El Hombre y la Tierra.
Son muy importantes en su obra, además de la realización de películas, la publicación de dos grandes obras enciclopédicas: Fauna Ibérica y Enciclopedia Salvat de la Fauna.
Félix Rodríguez de la Fuente murió el 14 de marzo de 1980 en Alaska, junto a algunos de sus colaboradores, mientras filmaban una carrera de perros esquimales.