Desde este post queremos recomendarles la visita al Monasterio de San Pedro de Arlanza cuyas ruinas evocan gestas históricas y nos sumergen en la historia de Castilla.
Además, puede aprovechar para visitar otras bellas localidades cercanas que forman parte de la Ruta del Arlanza.
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Historia del Monasterio de San Pedro de Arlanza
San Pedro de Arlanza se encuentra situado en plena Sierra de las Mamblas entre las localidades de Hortigüela y Covarrubias. En este paraje incomparable junto al rio Arlanza abundan enebros, sabinas y encinas.
Varios eremitas, que habitaban las cuevas de los cañones calizos del Arlanza en el siglo X, deciden unirse y formar un cenobio. Aún se aprecian los restos de este monasterio, San Pedro el Viejo, en lo más alto del promontorio que domina el valle.
Asimismo, la leyenda lo vincula con el Conde Fernán González .Se conserva un documento del año 912, de dudosa autenticidad, que atribuye al «Buen conde» la refundación del monasterio.
Fernán González y su esposa estuvieron enterrados aquí desde el siglo XII , ya que se trajeron sus restos desde la iglesia de Santa María de Lara. Debido a la desamortización de Mendizábal, en el siglo XIX, son llevados a la Colegiata de Covarrubias.
El monasterio experimenta un importante desarrollo en el siglo XI bajo el reinado de Fernando I. El monarca concede generosas donaciones y ordena el traslado de reliquias de importantes santos al monasterio. Por ello, San Pedro de Arlanza se convierte en un importante centro de peregrinación.
En el siglo XI se da la coincidencia de haber cuatro abades santos en nuestra provincia: San García en San Pedro de Arlanza, San Sisebuto en San Pedro de Cardeña, Santo Domingo en Silos y San Iñigo en Oña.
El rey Alfonso VIII en el siglo XII concede también importantes donaciones al monasterio. En el siglo XIII el monasterio comenzará a vivir una etapa de decadencia. En esta época son numerosos los pleitos entre el monasterio y los obispados de Burgos y Osma.
A pesar de las dificultades que pudo atravesar a lo largo de los siglos, el monasterio llega en perfectas condiciones al siglo XIX.
Lamentablemente la desamortización de 1835 supuso el fin a la vida monástica en San Pedro de Arlanza. La venta de todo el conjunto monástico se efectuó entre 1843 y 1844. La Comisión Central de Monumentos logró en 1845 excluir de la venta la Iglesia, el coro, antecoro y el claustro.
De igual forma, los códices de gran antigüedad de su biblioteca pasaron a manos de particulares. Afortunadamente una parte importante de ellos se conserva en el Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Etapas constructivas del Monasterio de San Pedro de Arlanza
Este cenobio benedictino ha sufrido distintas transformaciones a lo largo de los siglos por lo que conviven en él diferentes estilos arquitectónicos.
La iglesia de tres naves y transepto no diferenciado en planta se comienza a construir en 1080. A finales del siglo XV y principios del XVI se llevarán a cabo importantes obras en la misma bajo la dirección del arquitecto Simón de Colonia. Se realiza en esta época una cubierta de estilo gótico tardío, se amplía la cabecera y se colocan pilares góticos en los muros laterales.
La puerta occidental de la iglesia, soberbio ejemplar de finales del siglo XI o comienzos del XII, se expone actualmente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. También fue trasladado al claustro de la Catedral de Burgos el conocido como Sepulcro de Mudarra.
En la torre del siglo XI del ángulo sudeste de la iglesia del monasterio de San Pedro de Arlanza existía una Sala del Tesoro. Estaba situada sobre la sala capitular y decorada con un importante conjunto de pinturas al fresco. A principios del siglo XX la cubierta de esta sala sufre un hundimiento que afectó enormemente a las pinturas.
Es más, los frescos se arrancan en 1929 de su lugar de origen y son vendidos. Actualmente se hayan dispersas entre el Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona, el Fogg Art Museum y The Cloisters de los Estados Unidos.
Siguiendo nuestra visita encontramos un espectacular campanario en el costado norte, que debió construirse sobre la primitiva sacristía. El cuerpo inferior es de comienzos del siglo XIII mientras que el superior, o de campanas, data de finales del XV o comienzos del XVI. Asimismo, destaca la soberbia torrecilla adosada que contiene la escalera de caracol para acceder a los pisos superiores.
En el siglo XVII se sustituye el claustro románico por el actual de estilo herreriano, cuyas obras lleva a cabo Pérez de Palacios. Posteriormente, también se construye un claustro menor, en el que encontramos un pinsapo. Este árbol, plantado a mediados del siglo XIX, procede de la sierra de Grazalema.