Les proponemos una visita guiada al Castillo de Burgos cuyo origen está vinculado a la fundación de la ciudad por el Conde Diego Porcelos en el siglo IX.
En realidad, a lo largo de los siglos, este lugar ha experimentado profundas transformaciones. Durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla se produce la primera gran transformación, en la que participan expertos alarifes al gusto mudéjar de la época. Posteriormente, el rey castellano Enrique IV emprende la segunda reforma, fundamentalmente de embellecimiento, con objeto de transformarlo en palacio.
Durante la guerra entre Isabel la Católica y su sobrina Juana, la Beltraneja, el castillo vive un largo asedio. En este conflicto la ciudad defiende la causa de Isabel y el castillo la de Juana. Finalmente, el resultado de esta contienda es la derrota de la fortaleza y la destrucción de los barrios situados en la zona alta del cerro.
Durante la Edad Moderna pierde su antigua función defensiva. Así pues, en el siglo XVI se asienta en él una fábrica de pólvora. Asimismo, se convierte en el emplazamiento de la primera escuela de formación para artilleros de España.
Más tarde, un incendio acaecido en 1736 supuso la destrucción del interior.
Durante la Guerra de la Independencia los franceses transformaron el recinto construyendo una moderna fortaleza. Lamentablemente, el día 13 de junio de 1813 al marcharse de Burgos, perdida la guerra, lo volaron. La explosión del castillo causa enormes daños en el casco histórico.
Hoy en día solo quedan las ruinas de una de las fortalezas más importantes de Castilla, no obstante recomendamos la visita guiada al Castillo de Burgos. Se conserva aún un pozo de 63,5m de profundidad que es una gran obra de ingeniería medieval. Es más, el disponer de agua permitió al castillo soportar largos asedios en distintas épocas de su historia. Además, el lugar cuenta con un complejo de galerías subterráneas que han sido interpretadas por algunos historiadores como minas y contraminas.